La colección de José García Tella procede de la diáspora republicana, donde ha permanecido durante muchos años entre el anonimato y el silencio de sus compatriotas. Tella se convirtió en un exiliado incomprendido que reemplazó la pluma por el pincel y el papel por el soporte pictórico. Este genial artista polifacético que antes de ser pintor ejerció de dramaturgo, fotógrafo, cofundador de revistas e impulsor de festivales culturales en la España desterrada; encontró en la obra pictórica un nuevo lenguaje de expresión en donde proyectar una constante denuncia social.